Descripción del proyecto
Anti-homeless
Para empezar, he de comentar mi experiencia en la ciudad con los bancos. En mi ciudad, desde pequeña he interpretado los bancos como lugar donde sentarme con mis amigos, a pasar el rato y merendar. En mi adolescencia, seguía siendo un lugar de reunión, tanto por la tarde como por la noche después de cenar. Los recuerdos que tengo de este espacio público, son buenos.
La historia cambia cuando llego a Valencia. Mi visión de los bancos pasa a ser triste, incluso negativa. Veo los bancos como refugio para la gente sin techo. Una cama improvisada para los menos afortunados. Mucha gente durmiendo ahí. Pasa a ser más negativa con la “arquitectura anti-homeless”, donde se empieza a instalar separadores en los bancos, para evitar que la gente duerma ahí. Para hacer incómodo, un lugar de “descanso”. Cuando el descanso no es para la gente socialmente aceptada por su situación socioeconómica, esa comodidad deja de importar.
Me interesa dar visibilidad a esa problemática. Hacer ver que eso, sigue siendo una alternativa para las personas sin techo. El hecho de que se les niegue ese descanso mínimamente más digno que el suelo. Concienciar que, aunque no se vea a tanta gente durmiendo ahí, el problema sigue existiendo.
Para intervenir, he realizado un fotomontaje, añadiendo una almohada a un banco. Un banco situado estratégicamente delante de un colegio. Esta localización tendría como consecuencia que los niños pregunten a sus padres el porqué de ese objeto, hecho que tendría que hacer reflexionar a los mayores para explicarles a sus hijos que hay gente que necesita dormir ahí, y que actualmente ni siquiera pueden. La fotografia esta en blanco y negro para enfátizar el dramatismo de esta triste situación.